Si estás en este blog es porque tienes idea de emprender, o ya lo estás pero de alguna forma no consigues avanzar por tus miedos y bloqueos y esto hace que procrastines o tengas parálisis por análisis. Si es así, entonces quiero ayudarte a que tengas una mentalidad de empresario porque imagino que todavía tienes actitud de empleado.
Ya sabes que nos venden lo fantástico que es emprender y lo maravilloso que es que los influencers vivan de su propósito de vida, pero para la mayoría de la gente no lo conseguimos bien por no tener la mentalidad de emprendedor, o bien, porque comparamos nuestro trastero con el escaparate de los que sí lo han conseguido.
¿A qué me refiero con esto último?, pues que la gente que ha conseguido el éxito, o bien es porque le da vergüenza contar que no todo es tan bonito, o bien por el marketing de turno no lo quieren decir y solo quieren centrarse en lo fantástico que es emprender.
La realidad es que necesitas mucha constancia, dedicación, ilusión, perseverancia, entrega y sobre todo mentalidad para aguantar la montaña rusa del emprendedor. Esto último es lo que te quiero transmitir con esta entrada.
Espero que te guste y a partir de ahora tengas la mentalidad de empresario necesaria para encajar todos los golpes.
Cómo cambiar a mentalidad de empresario
1. Empieza a trabajar por objetivos
Este punto es uno de lo que menos nos han inculcado en los trabajos que hemos trabajado por cuenta ajena. Es decir, parece que el objetivo en una empresa convencional es calentar la silla o tirarte no sé cuantas horas cada día en el lugar de trabajo en vez de centrarnos en lo que queremos conseguir.
A esto se le llama trabajar por horas, tantas horas inviertes tu tiempo en él, pues es lo que te pagan.
En las nuevas y modernas corporaciones esto no funciona así (y más si eres emprendedor). Normalmente nos marcamos unos objetivos diarios (pincha el enlace si no sabes cómo definir un buen objetivo) y nos movemos en esa variable.
La idea es que debemos centrar toda nuestra atención en conseguirlos, pero como siempre te digo cuidado con confundirlo con expectativas porque si no pueden llegar las frustraciones y los sufrimientos.
La diferencia entre objetivos y expectativas es que los primeros dependen de nosotros como es llamar a clientes, hacer entradas de un blog o dar nuestros servicios, y los segundas son por ejemplo que nos contraten todos los clientes a los que llamamos.
Como ves, en el segundo tipo entra en juego la psique de otra persona y si está dispuesta a pagar por lo que tú ofreces.
2. Focalízate en la libertad
Para tener mentalidad de empresario hay ciertos conceptos como son la seguridad y la zona de confort que vas a tener que ir olvidándote de ellas.
Hay pros y contras en este punto, por eso tienes que tomar decisiones al respecto. Por un lado, como positivo es que puedes tener tus propios tiempos de cuándo trabajas, cuándo empiezas e incluso cuándo te puedes ir de vacaciones. A todo esto tienes que darle la valoración pertinente que puede tener para ti.
Por otro lado, esta mentalidad de empresario te obliga a tener que soltar esa necesidad que tienes en cuanto a la seguridad y al hacer lo mismo que hacías antes (de ahí lo de la zona de confort).
3. Invierte en ti y en tu proyecto
En este punto lo que te intento transmitir es que tienes que tener una clara diferencia entre lo que es invertir y lo que es gastar. Es decir, toda cosa que te quita dinero de tu bolsillo es un gasto. Hasta ahí espero que lo tengamos claro.
La diferencia entre gasto e invertir es que a pesar de que las dos opciones te quita el dinero de tu bolsillo, el invertir como poco te da un crecimiento personal y además puedes conseguir que con el tiempo en la inversión puede que te lo traiga dinero multiplicado para tu proyecto.
Además, yo considero que si quieres tener más opciones tienes que ir a por todas en tu emprendimiento, y una forma de demostrártelo es invertir en tu proyecto de todas todas porque esto te hará que tanto tú como tu proyecto crezcáis tanto en cuanto inviertas en él.
4. Proactivo y no reactivo
Todo lo que hacemos diariamente se puede meter en dos sacos. Nos movemos por impulsos y vamos apagando fuegos cada día de las tareas y acciones que nos obligan a hacer, o bien podemos planificar de antemano por dónde creemos que puedes ocurrirnos problemas en el camino.
Por ejemplo, si tu emprendimiento es buscar clientes para tus terapias, puedes esperar a que te llamen para dar tus sesiones y si no te llegan clientes darte golpes con la cabeza en la pared, o bien puedes pensar ¿qué podría hacer para que cada día me lleguen más personas?
¿Podría hacer un blog, un podcast, hacer publicidad o hacer talleres de mi temática?
5. Necesitas clientes
Este punto es el más importante para conseguir mentalidad de empresario ya que sin él no tenemos un emprendimiento. Tenemos un pasatiempo o afición, pero no un proyecto de vida.
No sé si me entiendes, la realidad es esta, sin clientes no tienes beneficios y sin beneficios no es sostenible en el tiempo por lo que tarde o temprano se convertirá en insostenible.
6. Aporta valor y no vendas tu tiempo
Cuando en tu emprendimiento (sobre todo si es online) y tienes implicado un conocimiento que es intangible (como son servicios de psicología o coaching), es bastante probable que te desvivas y no consigas tus objetivos si los basas en horas invertidas.
Quiero decirte con esto, que si tú vendieras productos de alguna forma ese concepto es escalable, mientras que si das sesiones que viene implícito tu tiempo tienes un tope de horas máximas a las que puedes dar en el día.
Todo lo que te estoy diciendo con esto y más si quieres tener mentalidad de empresario, es que al aportar valor y además solventar un problema en tu cliente ideal, es necesario que te centres en paquetizar tus servicios y cobrar lo que tú consideres que tienes que cobrar independientemente de las horas invertidas ya que ayudas en un problema en particular.
Por ejemplo yo ayudo a quitar un desbloqueo por 3 sesiones de PSYCH-K y por ello cobro 210€.
7. Se parte de la solución
Quiero que entiendas que cuando nos centramos en problemas una de las variables que están en juego es nuestra mentalidad. ¿A qué me refiero con esto?
Que cuando tenemos un planteamiento victimista porque no encontramos cómo salir del atolladero solo tenemos un enfoque, y es el que nadie nos entiende, no podemos pensar en alternativas ni soluciones a dicho problema.
Por otro lado, si nos centramos en cómo podemos solventarlo y no tanto en si puedo o no puedo nuestra mente se pone en modo encontrar alternativas. Por eso somos parte de la solución y no tanto del problema.
Si quieres ser parte de la solución necesitas hacer cambios en tu vida y tener claridad desde otra perspectiva como es el curso que he creado de descubre tu talento y propósito de vida por si te animas a encontrar nuevas experiencias.
8. No te enfoques en recursos
Todo lo que se te ocurra como es tiempo, dinero, amistades, clientes o conocimientos son recursos que se necesitan para conseguir nuestro objetivo.
Al igual que en el punto anterior, vemos que si nos centramos en recursos vamos a caer en el mismo problema (que es centrarte en si puedes o no puedes solventarlo), mientras que si te centras en ingenio la pregunta es ¿Si yo no puedo quién conozco que me puede ayudar para conseguir transitarlo?
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