¿Te suena esto? Tienes un sueño que te encantaría alcanzar, no paras de formarte para llegar a él, dedicas todo el tiempo libre que tienes para conseguirlo y, cuando tienes que dar el siguiente paso, algo dentro de ti te lo impide. Te explicaré cómo puedes salir de tu zona de confort.
Si lo deseas por falta de tiempo te invito a que escuches el podcast que te dejo a continuación en el que hablo de cómo salir de tu zona de confort de una forma paulatina:
Qué es la zona de confort
Lo primero que tengo que explicarte es cómo funciona el cerebro para que entiendas un poco mejor este término, pero tranquilo que lo haré de una forma amena y no te sonará a chapa, je, je, je.
Has oído montones de veces que sólo utilizamos el 10 % de nuestros recursos. Pues tengo que decirte que eso no es verdad, lo único que no usamos todos los recursos a la vez en cada proceso.
Imagina internet y todo lo que ello conlleva, por ponerte un ejemplo sencillo, con todos sus nodos (los llamamos servidores) donde todo está conectado con todo y tú, a golpe de un clic, eres capaz de ver una web o mandar un email a Australia en menos de unos segundos.
El que tu servidor y cientos de ellos por el camino estén conectados no quiere decir que a la vez todos estén activos cuando tú mandes ese email a un primo que tienes en Sidney.
Si un servidor se cae, lo normal es que a través de otros servidores y proxys consigas la información que deseas sin darte cuenta del percance y que mandes ese mensaje.
Cómo funciona el cerebro humano
Lo mismo ocurre con las conexiones del cerebro. Es decir, hay personas que tienen patologías o accidentes y una parte de su organismo se queda paralizada, pero con constancia y lucha son capaces de llevar una vida casi perfecta a pesar de la parálisis.
Esto es debido a que tenemos un cerebro que presenta una plasticidad cerebral.
¿Qué quiere decir esto?
Que las rugosidades, conexiones y estructura no son iguales siempre y, dependiendo de lo que cada ser humano haga en su vida día tras día, tendrá desarrollada más una parte que otra.
Todas las neuronas están unidas principalmente por su axón y por sus dendritas.
Por hacer un símil, si te imaginas un árbol, las ramas serían las dendritas y las raíces y el tronco serían el axón.
Las neuronas transmiten la información de dendrita a axón, neurona a neurona, por el camino por el que tenga que pasar dicha información, activando ese recorrido (pero algunos recursos, como imaginar, pueden activar zonas dispares del cerebro).
Tendemos a automatizar todos los procesos mentales para que el cerebro tenga que utilizar menos recursos posibles. Haciendo alusión al ejemplo del ordenador, sería la memoria, el procesador y los demás componentes de la placa base.
Qué es la zona de confort
Como estarás imaginándote ya, son todos los mecanismos, hábitos, actitudes, rutinas, conocimientos y comportamientos que haces en tu día a día, pero de una forma automatizada.
Por decirlo de otra forma, es lo que tu cerebro te dicta que hagas de forma recurrente para emplear los recursos mínimos indispensables y con ello gastar menos glucosa, por si el cuerpo necesita salir corriendo.
Es decir, en este caso, como estás viendo, tu cerebro está a favor de tu supervivencia, pero en contra de que te marques unos objetivos y metas, para que te sientas realizado y vivas de lo que te apasiona.
Por eso debes saber desde ya que todo lo que hagas va contra natura de tu sistema nervioso, por lo que te lo vas a tener que currar y mucho si deseas conseguir o alcanzar un sueño por el que levantarte cada día.
Crea nuevos hábitos para salir de tu zona de confort
Como hemos visto, utilizar los menos recursos posibles es algo natural (principalmente por si son necesarios para otro tipo de actividades, por ejemplo, por si un león quiere perseguirnos y comernos).
Lo del león te puede parecer surrealista, pero para tu inconsciente es tan real como que tú tienes que ir a currar cada mañana a un trabajo que no te gusta.
Si, por ejemplo, estuviéramos en una situación de alerta, utilizar menos recursos posibles hace que estén libres los 5 sentidos para actuar. Una situación de alerta en el caso de un deportista profesional, por ejemplo, sería estar en una competición. Para ti podría ser tener que presentar tu primer taller sobre la terapia en la que te estés formando.
Además de economizar los recursos, los reunificamos en actos o conductas y éstas en hábitos, y los hábitos forman nuestras constelaciones personales.
Nuestras constelaciones impulsadas por este bucle generan: esperanzas o deseos (que podrían ser profesionales o personales), aprendizajes, gusto por lo que hacemos a menudo y rechazo a lo que no hacemos (y más si no nos produce placer).
Como irás intuyendo, para salir de tu zona de confort tienes que romper con los hábitos que haces día a día porque “lo que haces habitualmente te conducirá al resultado habitual”.
Partes de la zona de confort
Zona de confort
Es todo lo que ya te he explicado. Por decirlo de una manera más simple, es todo lo que haces en tu día a día como rutina. Muchos investigadores sostienen que la mejor forma de ser feliz en la vida es fluir, es decir, hacer algo en el que el tiempo pase volando. Y las investigaciones sostienen que el mejor caldo de cultivo para fluir es en el trabajo.
Un ejemplo de zona de confort es cuando piensas en ir hacer deporte y te quedas a gusto en casa porque dices que hace un poco de frío.
¿Te imaginas los momentos en los que podrías ser feliz y ahora no lo estás haciendo por ponerte excusas? Para hallar lo que te apasiona necesitas salir de este círculo y saltar al siguiente que es el de aprendizaje.
Zona de aprendizaje
Es la zona de exploración cuando sales a conocer nuevas experiencias. Por ejemplo, cuando decides hacer un nuevo curso de tu terapia o una nueva formación que te ayudará con tus sesiones de coaching.
Al principio te cuesta e incluso te pones mil excusas para quedarte tranquilito y no salir de tu zona de confort.
¿Cuál es la diferencia entre la zona de confort y la zona de aprendizaje?
Si haces curso tras curso con la idea que el último será el definitivo para ejercer de terapeuta, pero luego no haces nada, entonces te diría que has ampliado tu zona de confort hasta absorber la de aprendizaje. Para sentir que estás en la de aprendizaje al 100%, debes sentir un poco de agobio e incertidumbre de si vas a poderlo conseguir. Si no notas esto último, es que te has habituado a hacer un montón de cursos.
Para las personas que son capaces de franquear a menudo esta zona, de vez en cuando se les ocurren sueños por alcanzar y algunos cruzan esta franja para entrar en la zona de pánico.
Zona de pánico
La zona de pánico es la parte que la gran mayoría de los mortales no franquean jamás. Aquí es dónde albergan todos los “y sí..” negativos que te transmite tu crítico interno de que no lo vas a conseguir.
Si tiras para adelante, tu crítico interno te dirá: “No hay vuelta atrás, te quedarás sólo y además serás en hazmerreír de todo bicho viviente. Si eres un impostor, te van a delatar”.
Según mi experiencia, todos los referentes que conozco me han dicho lo mismo: tú ves sólo el éxito, pero lo que no ves (no sé si porque no nos lo cuentan o porque lo obviamos) es que los grandes también tienen miedos, dudas, inseguridades y vergüenzas.
Lo que no tienen lo más seguro es el síndrome del impostor y día tras día van forjando la personalidad que quieren tener. Como dijo Tony Robbins: “Yo he forjado al puto Tony Robbins”. Los gurús no están hechos de otra pasta.
Zona mágica
Es dónde los sueños se consiguen con estas 7 variables para conseguir el éxito . No te engañes, no hay nada que sea gratuito. Todo éxito en la vida tiene un montón de beneficios, sin embargo, también tiene un montón de costes.
Dime, ¿estás preparado para pagar todo lo que se necesita para alcanzar tus sueños y no tirar la toalla?
No quiero desanimarte, pero para llegar hasta esta zona, antes debes pasar por la de aprendizaje cada día de tu vida y lanzarte al vacío de vez en cuando a la zona de pánico, hasta que se conviertan en tu zona de confort.
No hay ningún otro truco. Un ejemplo de ampliar y romper la zona de confort es cuando hice mi primer taller con personas que no conocía de nada y salí encantado. Tanto es así que en breve voy a dar una charla en equipos inferiores del Getafe Fútbol Club.
Paso 1: 3 listados
Debes saber primero que hay dos energías que tiran enfrentadas.
Por un lado está la energía o tensión emocional que te impide salir de tu zona de confort y tendrás que luchar contra ella cada vez que lo intentes. Por otro lado está la tensión creativa, que es la que te hace soñar y te invita a que vayas a por tus objetivos.
- Para empezar a salir de tu zona de confort te recomiendo que hagas tres listados: uno de cosas que no te gustan, otro de cosas que no te disgustan pero tampoco es que las hagas muy a menudo, y el tercer listado de cosas que haces diariamente o semanalmente.
Paso 2: primeros cambios para salir de tu zona de confort
- Mira tu listado de las cosas que haces a menudo y cambia 1, 2 o 3 cosas (empieza por las que menos te duela desprenderte de ellas) por otras 1, 2 o 3 del listado de las que no te importa hacer. Procura que las cosas que vas a cambiar requieran el mismo tiempo de ejecución. Por ejemplo, no cambies ver un capítulo de tu serie favorita por meterte dos horas en el gimnasio, sino mejor cambia ver la serie por ver un vídeo del curso que estés haciendo.
- Debes tener fe en que lo vas a hacer y el cambio te debe producir placer (vamos a apoyarnos en lo que nos gusta para reforzar nuestros cambios).
- Escríbelo en positivo (no te recomiendo que te digas, por ejemplo, “no voy a ver series”).
- Tienes que hacerlo a menudo, a ser posible mínimo 3 veces a la semana para que fuerces al cambio a tu mente.
Paso 3: tus para qués
Pon en una hoja todos los motivos del para qué quieres conseguir dichos cambios. Hazlo ahora que no te entran los miedos y estás de subidón para cambiar las cosas.
- Dile a alguien que vas a intentar cambiar algunos hábitos. Te ayudará por si piensas rendirte, ya que tenemos miedo de quedar mal delante de la gente.
- Ve en los retos de menos a más (necesitas afianzarlos y que sean realistas).
- Busca apoyo cercano.
Paso 4: cambio definitivo
Si has conseguido cambiar algo del listado de las cosas que no te disgustan (por poco que sea), puedes pasar al listado de las cosas que no te gustan. Te puedes preguntar: ¿y para qué tengo que hacer las cosas que no me gustan? Pues para salir de tu zona de confort, porque es bueno por varios motivos:
- Como aprendizaje para no ponerte etiquetas y encasillarte en tus pensamientos limitantes.
- Como reto personal (antes eras de una forma, pero ahora quieres ser diferente y gracias a estos cambios te demostrarás a ti mismo que puedes lograrlo).
- Para ganar autoconfianza y motivación en otros proyectos en el futuro.
- Para subir tu autoestima y cambiar tu proyecto de vida.
Si te cuesta seguir estos pasos y te autosaboteas (porque tu cabeza intentará engañarte), utiliza la hoja de tus para qués del paso 3 para recordarte los motivos por los que quieres conseguir esos cambios.
Historia personal
Os presento a mi mujer, Paulina. Hace poco se ha tomado como reto personal superar su miedo al agua.
Creo que por circunstancias de la vida de 10 años para acá empezó a tener miedo a casi todo (no como fobia quizás pero sí como imposibilidad). Rechazaba todo lo nuevo casi de inmediato.
Podías razonar completamente todos los argumentos existentes y aunque te daba la razón en casi todos, seguía imposibilitada a no hacer nada.
Por otro lado era consciente de que quería cambiar ya que ella hace relativamente poco no era así.
Creo que cuando minas tu autoestima, te pones una coraza de lo que sabes hacer y no sales de tu zona de confort ni aunque te paguen (y esto último en caso de mi mujer es casi literal, je, je, je).
Paulina poco a poco se puso retos y objetivos pequeños y alcanzables, y luego otros que cambiaron completamente su vida (decidió empezar a correr conmigo, crear un blog, terminar el doctorado, cambiar de trabajo para dedicarse a su pasión que es escribir).
Lo importante es ir alcanzando objetivos que te propongas y no suicidarte hacia adelante (es decir, tener una falsa autoestima que se centra en algún reto demasiado grande y cuando no lo consigues, sueles ponerte la excusa de que no estabas preparado para conseguirlo).
Un claro ejemplo es que Pau hace 6 meses no imaginaría que, como experiencia de nuestras vacaciones, me acompañaría en el descenso del Sella .
Un recorrido en canoa a lo largo del río Sella para cualquier otra persona podría parecer una aventura o experiencia divertida, pero para ella era algo que le daba mucho miedo y no pensaba hacerlo ni de coña.
Sin embargo, gracias a sus cambios de costumbres, racionamientos y fortalezas que ha ido afianzando en este tiempo, consiguió luchar contra sus pensamientos irracionales y salir de tu zona de confort.
Conclusiones
- Con apoyo es mucho más fácil salir de tu zona de confort y vivir en la zona de aprendizaje e incluso en la de pánico.
- Ponte retos pequeños y ve escalando en cuanto a dificultad o tiempo de ejecución.
- Es necesario que te propongas retos sociales, personales y profesionales (no te encasilles en los profesionales).
- No te suicides hacia adelante y ve poco a poco (si quieres saber más de este tema, te invito a que veas esta entrada sobre filosofía kaizen).
- Para cambiar debes cambiar algo (parece de cajón, pero hay gente que quiere cambiar sin mover un dedo).
- Tienes que tener algo de disciplina y no decaer en tus objetivos.
¿Qué opinas de esta entrada sobre salir de tu zona de confort? Déjame tu comentario abajo.