Valórate.
Si tengo que decir una palabra necesaria para disfrutar de la vida, es esa.
Te la repito por si no quedó clara. Valórate.
El otro día al levantarme de la cama me sentía como melancólico y apático a la vez (poco después me di cuenta de que lo que me pasaba era que no encontraba el sentido de la vida a todo lo que estaba haciendo).
Pareja, trabajo, amigos, dinero, lugar donde vivo e incluso mis aficiones no eran suficientes o no me alimentaban como yo pensaba que lo tenían que hacer.
Estaba pasando una época en la que me juzgaba y criticaba tanto si hacía lo que hacía como si dejaba de hacer.
Cansado, con sensación de tener que luchar por todo día tras día.
Mañana tras mañana, mi desánimo iba fluyendo por mis venas.
Apático y sin rumbo sentía que me movía la inercia de un horario establecido en mi trabajo.

Hasta el tomar decisiones cada mañana de qué ropa ponerme era una duda existencial en esos momentos.
Los días buenos me preguntaba “¿por qué me ocurre esto?”, los malos, como un zombi, ya no me cuestionaba nada.
Como bien sabes, todos perdemos el rumbo o sentido de la vida en algún momento y por ello sentimos un dolor que no sabemos explicar.
Aquí la pregunta es:
¿Es una época pasajera y más con el confinamiento o estoy cayendo en una depresión?
Mala época vs depresión
Si la respuesta es que llevas así más de 3 meses, quizás estás pasando una depresión.
Si es una mala racha, ahí sí te puedo ayudar (con la depresión no tanto porque no soy psicólogo clínico, soy psicólogo laboral y coah personal).
En la vida necesitamos dolor para crear cambios, ya que nos movemos por el placer de conseguir cosas y el dolor al que queremos rechazar de nuestra vida.
Una forma de saber si es algo grave lo que te está ocurriendo o no es preguntarte ¿cuánto tiempo llevo con ese sentimiento de vacío?
¿1, 2, 3 o 6 meses?
Si tu dolor o desorientación de vida es de 3 meses o más, quizás estás pasando por una pequeña depresión.
Espero que no.
Si solo es una mala época, quiero ayudarte con estas palabras a tener un aliento de esperanza, a que encuentres el sentido de la vida a lo que haces o, por qué no, a tu propósito de vida.
Mark Twain dice lo siguiente que para mí fue una idea clara de por dónde tirar:
¿Por qué me pasa lo que me pasa?
¿Has oído hablar de la crisis de los 40?
Es esa crisis que nos llega a todos como a mitad de nuestra vida (si todo va bien) y nos hace replantearnos nuestro rumbo.
Es como una especie de feedback a medio camino.
A todos nos llega en algún momento.
La crisis de los 40 y la falta del sentido de la vida son como melancolía en estado puro si no vamos por el camino que hemos elegido.
Es como una sensación de que solo saboreamos la vida de una determinada manera, si no, lo demás nos sabe insulso.
¿Has tenido ese sentimiento?
Quiero que sepas que es completamente normal.
Dentro por supuesto de unos paradigmas temporales, por decirlo de una manera.
Lo interesante del tema (porque todo en la vida tiene un aprendizaje) es la temporalidad (el tiempo que nos sentimos así) del tema que estamos tratando.
Perdona que te pregunte esto, pero ¿sabes la diferencia entre dolor y sufrimiento?
Como creo que lo dijo Buda: «El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional».
Esto quiere decir que el dolor nos motiva a hacer cambios en nuestra vida, ya que todo lo que te ocurre en tu cuerpo (mental o físico) dentro del contexto en el que estás lo traduces en placer o dolor.
Es decir, que tu falta de sentido de la vida, el que te cueste tomar decisiones, apatía y demás, lo interpreta tu psique como dolor.
Si llevas mucho tiempo con ese dolor, entonces se convierte en sufrimiento, y todo sufrimiento te lleva al lado oscuro, je, je, je.
Esta forma de pensar te puede llevar a un término psicológico que se llama patrón mental o de pensamiento negativo y este con el tiempo a la depresión.
Obviamente, para reducir no he metido las emociones positivas que hacen de regulador del dolor.
Por ejemplo, si tu trabajo te agobia por las cargas de trabajo, te aburre o te parece alienante, pero te echas unas risas con tus compañeros, no sentirás tanto dolor, y probablemente aguantarás esa situación bastantes meses o años.
Entonces ¿qué puedo hacer para encontrar el sentido de la vida?
Pues, empecemos por definirlo, ¿no crees?

¿Qué es el sentido de la vida?
Podemos decir que es cuando a lo que hacemos y cómo lo hacemos le encontramos un rumbo, un para qué lo hago y tengo un crecimiento o desarrollo como persona.
Además, normalmente gracias a lo que aprendes con tus experiencias, eres capaz de dejar un legado.
Las personas que vivencian sus vidas encuentran que se van trasformando por el camino (quizás en plan espiritual, que no religioso), y se dan cuenta de que esa es su misión de vida.
¿Entonces es todo puramente laboral?
No del todo ya que el sentido es también para tus aficiones, con quién pasas el tiempo, el tiempo que le dedicas a ti y a tus habilidades, y, por supuesto, el cómo te hablas (lenguaje interno).
Sin embargo, estarás conmigo de acuerdo en que el trabajo dignifica (es decir, transforma tu para qué) si lo tienes alineado con tus valores.
¿Si no?
Sentirás una desconexión con tu propósito de vida.
¿Cómo saber si voy por buen camino?
El 40% de nuestro día normalmente lo pasamos en el trabajo por eso es tan importante que seas consciente de que muchas veces nuestros males provienen de allí.
¿Cómo podemos saberlo?
Porque otro 33% estamos durmiendo, je, je, je.
Claro que discutimos, nos frustramos, tenemos emociones negativas o pensamientos recurrentes de otras cosas, pero sé sincero contigo, la gran mayoría de ellos son del trabajo o del dinero.
Sabremos que vamos por el sendero indicado cuando sintamos que nuestro propósito, hobbies, tiempo de calidad con los tuyos y una alta autoestima estén equilibrados y, sobre todo, que disfrutes por igual.
Podemos decir que habrás encontrado el sentido de la vida porque todo lo que haces lo haces disfrutando y vivenciando el momento sin necesidad de nada más.
Si te preguntas qué sientes cuando tienes que ir a trabajar y son apatía, pereza, desganar, aburrimiento o angustia, a mí me haría interpretar que te falta el sentido de la vida.
¿Por dónde empiezo cambiando mi sentido de la vida?
Tienes que ser consciente de que vas a sentir dolor cuando salgas de tu zona de confort, pero luego tendrás una transformación personal.
Por ponerte un ejemplo, hace tiempo me apunté a clases de inglés con profesores nativos.
Lo pasaba fatal, sudaba por todos los poros de mi cuerpo.
Nunca había sentido tanto pavor, nerviosismo y desprotección que en cada sesión que tenía con 5 compañeros más y el profesor se dirigía a mí para que hablara de la temática que tocaba ese día.
Bueno, sí lo he pasado peor.
Fue cuando una de las primeras veces que fui a Polonia a casa de mi familia política y ya que son muy católicos teníamos que confesarnos todos. Yo pensé, me libro sí o sí porque no entiendo ni papa de lo que dicen en polaco.

Cuál fue mi sorpresa que uno de los curas dijo: “Voy a llamar al padre Stefan que estuvo de misionero en Brasil y sabe inglés”.
¿Cómo?
¿Que tengo que confesarme en inglés que no piloto casi nada y estaré solo con el cura?
En ese momento y en los otros descritos lo pasé fatal, pero, si quieres que te sea sincero, me enfrenté a mis miedos y, aunque en ese momento no pensara igual, me hice más grande ya que me di cuenta de que puedo aprender un idioma.
Te cuento esto porque obviamente no va a ser así tu inquietud o malestar cuando salgas de tu zona de confort.
Salir de la zona de confort tiene dos caras que pertenecen a la misma moneda.
Por un lado, te sientes inquieto y, por el otro, creas en ti una nueva persona ya que hasta ese momento no habías conocido habilidades o vertientes de ti que experimentas al salir de dicha zona.
Buscar tu talento es la mejor forma de salir de tu zona de confort y desarrollar tu potencial
El primer paso es autoconocerte y para eso, si no lo sabes aún, puedes aprender todo lo necesario en este blog o en los podcast si eres más de escuchar mientras paseas, por ejemplo.
El segundo paso es saber cuáles son tus sueños.
¿Sabes la diferencia entre sueño y propósito?
Los sueños tienen que ver con el ego. Es decir, con alimentar tus necesidades, valores, emociones o experiencias tanto físicas como intelectuales.
El propósito, en cambio, tiene que ver con dar a los demás.
¿El qué?
Cuando eres consciente de tu talento que has desarrollado (o no), eres capaz de ayudar con él a los demás a solventar un problema concreto que ellos no son capaces de resolver por sí mismos o les ayudas a solventarlo más rápido.
Por ejemplo, yo tengo un proceso de coaching de 6 sesiones en el que ayudo a mis coachees (clientes) a que encuentren su talento para desarrollar, si lo desean, un plan B.
¿Pueden encontrarlo por ellos mismos?
Imagino que sí.
Ahora, un proceso tan exhaustivo que implemente autoconocimiento, que descubran qué tipo de inteligencia tienen, su personalidad, valores y necesidades pues casi seguro que no lo tienen tan completo.
Siguientes pasos para recuperar el sentido de la vida
Otras formas de ayudarte a encontrar el sentido de tu vida es teniendo objetivos cumplidos pequeños.
Es decir, cuando empezamos a ver que vamos cerrando carpetas personales o laborales y, sobre todo, si son objetivos pequeños que puedas abarcar en corto plazo, nos sentimos más empoderados.
Rodéate de gente positiva.
Ya has visto que los pensamientos negativos pueden llevarte a una depresión, así que mi propuesta es bien sencilla.
Intenta que la gente que tienes alrededor vea el vaso medio lleno, porque las emociones y pensamientos se contagian.
Usa tiempo de calidad para ti.
Muchas veces ponemos ruido de fondo en nuestra vida como es la televisión, radio o series, por poner varios ejemplos, pero no nos dejamos tiempo para la meditación, el saber un poco más de nosotros o formarnos en algo nuevo.
Descubre más hobbies que te hagan feliz.
Cada día acabamos haciendo lo mismo de siempre y eso de alguna forma nos limita.
Experimenta, prueba y busca alternativas nuevas para estimular a tu cerebro con nuevas experiencias.
¿Quién te dice si al final tu propósito no va con algún hobby que acabas de conocer?

Cambia tu lenguaje interno.
Toda palabra que te dices desde tu lenguaje interno influye para bien o para mal.
Mi propuesta es que, aunque no te lo creas, te digas cosas positivas y con el tiempo empezarás a ver las cosas diferentes.
Espero que hayas disfrutado tanto como yo esta entrada y, si tienes la sensación de que ha llegado el momento de descubrir tu talento, recuerda que tienes un proceso conmigo de 6 sesiones en el que conocerás lo necesario para saber tus dones.
Recomendaciones
Si quieres encontrar el sentido de la vida en esta web tienes 3 caminos:
Puedes seguir leyendo o escuchando los podcast para que tú mismo encuentres el camino (pero el tiempo es más largo)
Por otro lado, puedes hacer el curso de descubre tu superpoder para encontrar tu talento y tener un Plan b
El último punto, puedes contratar mis servicios y en 6 sesiones encontramos tu propósito de vida y tener un mapa claro de por dónde tirar.